La semana pasada tuve la suerte de poder
dedicarme durante horas a la Felicidad en el Trabajo. No, no es que alcanzase
ningún tipo de estado de trance ni tenga una plantación de nada en mi la
oficina (sólo tengo galletas, una cafetera y un cartón de leche.. además de
varias tazas por si algún día queréis hacerme una visita); sino que tuve la
oportunidad de participar en la Conferencia Internacional de Felicidad en el
Trabajo #FET2012 que organizó AEDIPE en A Coruña.
La verdad es que ya me fui predispuesto a ser
feliz, recién llegado de las vacaciones y aterrizando, irse de Congreso es un
regalo, pero si además organizas la agenda para estar con colaboradores en los
que has dejado una buena huella, compañeros de clase a los que no ves, pero que
tienen “ese no sé qué que se yo” que te hacen sentir como en casa… pues claro,
como no ir con una sonrisa de oreja a oreja… Bueno, que estoy desvariando…
Os decía que el congreso fue un pequeño
regalo, en un momento en el que si miramos alrededor podremos encontrar a
alguien crispado, desesperado, irritable (o irritado), perdido… saber que existe alguna fórmula para
conseguir el hábito de ser feliz –aunque sea por un ratito- es un lujo.
Me decía mi amiga Inma que ella en un momento
de su vida tenía una práctica –que había abandonado y espero que retome- para
tener ese momento de felicidad al día, en su caso, a última hora del día… Inma
es una tía lista, qué mejor que irse cargado de “buen rollito” para cama.. me encantó uno de los ejemplos que me dio, y
que voy a compartir con vosotros, “dejar la yema del huevo para el final”.. es
genial, qué poquito cuesta ser felices si queremos, ¿no?
Para los escépticos y los que me conocéis, no,
no estoy en un momento vital de “buen rollismo” ni “happy flower”, al
contrario, a todo esto he llegado tras una etapa de reflexión profunda –y
bueno, alguna que otra experiencia ;-D –
En el congreso descubrí la Fórmula de la
Felicidad, no… la que tiene Coca-Cola no.. la de la felicidad de verdad, la que
no tiene patentes, la que no es imitable, la auténtica… única, personal e
intransferible… pero difícil de lograr.
Cuando digo que descubrí la fórmula no es que
en medio de una ponencia me cayese una manzana en la cabeza y me diese por
gritar “Eureka”.. Eso lo han hecho varios investigadores y llegaron a la
siguiente conclusión:
Felicidad= 50 % genética + 10 % “las
circunstancias” también denominado el entorno/ambiente + 40% mi disposición personal
Sobre el primer 50%:
Para los pesimistas.. sí,
es cierto, sois infelices porque vuestros padres os han hecho así… “éche o que
hai”, una faena no haber nacido en el seno de otra familia. Para los optimistas
“de casta la viene al galgo” o como diría mi amiga Carmen “xa a nai…”, si es
que ni cayéndote de la cuna de un marqués ibas a ser más feliz. En fin, sobre
este 50% poco –o nada- podemos hacer; lo de modificarnos genéticamente y estas
cosas lo dejaremos para años venideros que la tal “Dolly” fue una y hay que
reconocer que aunque a veces todos podamos ser un poco borregos a lo mejor un
chute de gen feliz nos hace pupita, vamos que respecto a esto, puede que esté
bien aplicar eso de “mamasiña que me quede como estou”.
En relación al 10%, si lo unimos al anterior
tenemos un “yo mismo y mis circunstancias”; como decimos los que en algún
momento nos dedicamos a esto de la estrategia, es mi entorno.. y aquí hay una
cosa que es cierta, muchas veces el entorno es el que es, las personas son las
que son.. y ahí poco podemos hacer; no podemos pintar todo de color de rosa (lo
de rosa es por el tópico, cada uno que elija el que quiera), hacer
trepanaciones digamos que no está bien visto.. así que hay que aprender a vivir
con él. Eso sí, podemos analizarlo, conocerlo y sobre la base del conocimiento
ver en qué medida nos afecta.. y esto es para los atrevidos, decidir cómo
queremos que nos afecte (todos hemos recibido una bofetada que no nos ha
dolido, y a lo mejor un abrazo que nos ha destrozado el alma)…
Vamos, que sólo nos queda un 40% para ser
felices. Alguno pensará, que suerte tiene el “cabr—“ de la genética, mira
cuánto se lleva ganado… pues sí, la tiene, qué narices.. pero “recordad que la
suerte de la fea, la guapa la desea” ¡que nos queda un 40% de margen!, que no
está todo perdido! ¿Quieres ser feliz? Pues venga, manos a la obra, porque eso
de “ mi disposición personal” implica, de algún modo, cuánto de feliz quieres
ser, pero, sobre todo, cuánto estás dispuesto a hacer para conseguirlo… (que
sí, que los que no tenemos el 50% genético lo tenemos que currar más… mala
suerte.. pero dejadlos en paz,
aprovechad su energía para cargar vuestras pilas.. mira que estáis pesaditos
con los “smiling by gens” jeje)
Tenemos en nuestras manos el poder para ser
felices… y poder conlleva responsabilidad, así que, tenemos en nuestras manos
la responsabilidad de ser felices.
¿Cómo? Concho, dije que había encontrado la fórmula, no la receta… pero,
qué tal si empiezas a pensar ahora en freir un huevo para cenar y en cómo vas a
disfrutar de esa yema para el final???
To be continued...
P.D.Hoy una amiga me dijo que estaba saturada en el chollo… que necesitaba tiempo para poder hacer cosas que se estaban quedando colgadas… bueno, pues para que pueda ser un poco más feliz disponiendo de ese tiempo le he preparado esto…
Posiblemente no funcione, pero yo soy feliz
porque lo he hecho para ella y sé que ella lo va a ser porque es un pequeño
cariño… (y ya he dejado alguna pista de cómo activar ese 40%, para que no
protestéis)




