miércoles, 24 de octubre de 2012

Lo que, poco a poco, aprendo sobre la Felicidad


La semana pasada tuve la suerte de poder dedicarme durante horas a la Felicidad en el Trabajo. No, no es que alcanzase ningún tipo de estado de trance ni tenga una plantación de nada en mi la oficina (sólo tengo galletas, una cafetera y un cartón de leche.. además de varias tazas por si algún día queréis hacerme una visita); sino que tuve la oportunidad de participar en la Conferencia Internacional de Felicidad en el Trabajo #FET2012 que organizó AEDIPE en A Coruña.

La verdad es que ya me fui predispuesto a ser feliz, recién llegado de las vacaciones y aterrizando, irse de Congreso es un regalo, pero si además organizas la agenda para estar con colaboradores en los que has dejado una buena huella, compañeros de clase a los que no ves, pero que tienen “ese no sé qué que se yo” que te hacen sentir como en casa… pues claro, como no ir con una sonrisa de oreja a oreja… Bueno, que estoy desvariando…

Os decía que el congreso fue un pequeño regalo, en un momento en el que si miramos alrededor podremos encontrar a alguien crispado, desesperado, irritable (o irritado), perdido…  saber que existe alguna fórmula para conseguir el hábito de ser feliz –aunque sea por un ratito- es un lujo.

Me decía mi amiga Inma que ella en un momento de su vida tenía una práctica –que había abandonado y espero que retome- para tener ese momento de felicidad al día, en su caso, a última hora del día… Inma es una tía lista, qué mejor que irse cargado de “buen rollito” para cama..  me encantó uno de los ejemplos que me dio, y que voy a compartir con vosotros, “dejar la yema del huevo para el final”.. es genial, qué poquito cuesta ser felices si queremos, ¿no?

Para los escépticos y los que me conocéis, no, no estoy en un momento vital de “buen rollismo” ni “happy flower”, al contrario, a todo esto he llegado tras una etapa de reflexión profunda –y bueno, alguna que otra experiencia ;-D –

En el congreso descubrí la Fórmula de la Felicidad, no… la que tiene Coca-Cola no.. la de la felicidad de verdad, la que no tiene patentes, la que no es imitable, la auténtica… única, personal e intransferible… pero difícil de lograr.

Cuando digo que descubrí la fórmula no es que en medio de una ponencia me cayese una manzana en la cabeza y me diese por gritar “Eureka”.. Eso lo han hecho varios investigadores y llegaron a la siguiente conclusión:



Felicidad= 50 % genética + 10 % “las circunstancias” también denominado el entorno/ambiente + 40% mi disposición personal

Sobre el primer 50%: 
Para los pesimistas.. sí, es cierto, sois infelices porque vuestros padres os han hecho así… “éche o que hai”, una faena no haber nacido en el seno de otra familia. Para los optimistas “de casta la viene al galgo” o como diría mi amiga Carmen “xa a nai…”, si es que ni cayéndote de la cuna de un marqués ibas a ser más feliz. En fin, sobre este 50% poco –o nada- podemos hacer; lo de modificarnos genéticamente y estas cosas lo dejaremos para años venideros que la tal “Dolly” fue una y hay que reconocer que aunque a veces todos podamos ser un poco borregos a lo mejor un chute de gen feliz nos hace pupita, vamos que respecto a esto, puede que esté bien aplicar eso de “mamasiña que me quede como estou”.

En relación al 10%, si lo unimos al anterior tenemos un “yo mismo y mis circunstancias”; como decimos los que en algún momento nos dedicamos a esto de la estrategia, es mi entorno.. y aquí hay una cosa que es cierta, muchas veces el entorno es el que es, las personas son las que son.. y ahí poco podemos hacer; no podemos pintar todo de color de rosa (lo de rosa es por el tópico, cada uno que elija el que quiera), hacer trepanaciones digamos que no está bien visto.. así que hay que aprender a vivir con él. Eso sí, podemos analizarlo, conocerlo y sobre la base del conocimiento ver en qué medida nos afecta.. y esto es para los atrevidos, decidir cómo queremos que nos afecte (todos hemos recibido una bofetada que no nos ha dolido, y a lo mejor un abrazo que nos ha destrozado el alma)…

Vamos, que sólo nos queda un 40% para ser felices. Alguno pensará, que suerte tiene el “cabr—“ de la genética, mira cuánto se lleva ganado… pues sí, la tiene, qué narices.. pero “recordad que la suerte de la fea, la guapa la desea” ¡que nos queda un 40% de margen!, que no está todo perdido! ¿Quieres ser feliz? Pues venga, manos a la obra, porque eso de “ mi disposición personal” implica, de algún modo, cuánto de feliz quieres ser, pero, sobre todo, cuánto estás dispuesto a hacer para conseguirlo… (que sí, que los que no tenemos el 50% genético lo tenemos que currar más… mala suerte..  pero dejadlos en paz, aprovechad su energía para cargar vuestras pilas.. mira que estáis pesaditos con los “smiling by gens” jeje)

Tenemos en nuestras manos el poder para ser felices… y poder conlleva responsabilidad, así que, tenemos en nuestras manos la responsabilidad de ser felices.  ¿Cómo? Concho, dije que había encontrado la fórmula, no la receta… pero, qué tal si empiezas a pensar ahora en freir un huevo para cenar y en cómo vas a disfrutar de esa yema para el final???

To be continued...

P.D.Hoy una amiga me dijo que estaba saturada en el chollo… que necesitaba tiempo para poder hacer cosas que se estaban quedando colgadas… bueno, pues para que pueda ser un poco más feliz disponiendo de ese tiempo le he preparado esto…

     
















Posiblemente no funcione, pero yo soy feliz porque lo he hecho para ella y sé que ella lo va a ser porque es un pequeño cariño… (y ya he dejado alguna pista de cómo activar ese 40%, para que no protestéis)


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