martes, 19 de febrero de 2013

Una cuestión de confianza

Bueno... toca calentar motores. Estas semanas han sido un poco raras, la verdad es que estuve un poco acelerado y después creo que sobrevino un pequeño bajón anímico... y aunque el optimismo deba reinar, las sonrisas generen endorfinas y los anclajes (qué bueno soy, que tipo tengo...) puedan ayudar a sobrellevar ciertas cosas... hay días, o semanas, que ni eso!!!

Hace un tiempo que llevo dándole vueltas (creo que repito esta frase en la mayoría de mis entradas, jajaja)... bueno, a ver... Desde hace algún tiempo quería hacer una entrada sobre un tema que creo que cobrar una relevancia especial en el devenir de nuestra historia personal, sí, sí... la nuestra (la de todos y cada uno): la confianza, o .. la auto-confianza.

La verdad es que tengo serias dudas de que pueda expresar lo que quiero decir, y más aún de hacerlo de un modo claro y directo (los circunloquios son una de mis especialidades). Reconozco que esta entrada además de, una vez más, inspirarse en mí, va dedicada a la otra parte del binomio, una buena amiga que -no pocas veces- peca de falta de autoconfianza.


No quiero usar el término autoestima, aunque si aplicásemos alguna medida estadística, seguro que hay una correlación directa entre momentos en los que la autoestima está por los suelos con aquellos momentos en los que te sientes falto de confianza (vamos, un pobre idiota que no sabe hacer las cosas y que se siente pequeñito, pequeñito, pequeñito en un mundo que le va "grande"). Pero también es cierto que no siempre tiene que darse esta relación directa; yo mismo, a veces, me quiero mucho y sigo pecando de esa falta de confianza.


Hace muchos años mi madrina, confidente, amiga, hermana, Kari Cabezas me habló de un "eje diamantino" que, supongo, todos llevamos dentro... entiendo que ese eje es el que nos hace diferentes , únicos...  el que hace que seamos nosotros mismos, ni mejores ni peores, simplemente nosotros.  Es evidente que todos tenemos virtudes y defectos, los que pecamos de cierta falta de confianza solemos ver pocas virtudes y defectos varios o pocos pero del tamaño de un gigante; y a veces somos muy poco "compasivos" con nosotros mismos y nos empeñamos en fustigarnos cada dos por tres.

Y, aunque el diamante se supone que es "duro", no en pocas ocasiones dejamos en manos de terceros ese eje; y esos terceros pueden ser auténticos bulldozers que aniquilan todo a su paso -incluso pueden hacerlo inconscientemente, ojo, que no vamos a partir de la base de que todo el mundo entra en la familia de los HdP-. Lo malo es que, cuando son los terceros los que, de algún modo, guían nuestros actos... serán ellos los que lleven las riendas... y nosotros podemos acabar convertidos en pequeños fragmentos, y qué difícil puede ser recomponerlos (recomponernos).

Los que pecamos de falta de confianza debemos de mentalizarnos de que nadie es perfecto -que por otra parte, sería un poco aburrido, ¿no?- y sí tú eres de los míos -las mías- estarás pensando... "sí, sí.. y yo menos que nadie" ;). Por tanto, lo primero que hay que hacer es recuperar nuestro eje, y si hay que pelear y enseñar las garras, pues habrá que hacerlo; pero aún así, sin perder la educación y el respeto.

Eckerberg. Mujer ante el espejo
Una vez recuperado el eje, será hora de iniciar la reparación del mismo. Y no sólo porque el anteriormente mencionado bulldozer le haya hecho algo, sino también de las fricciones que nosotros mismos le hayamos podido causar. No es difícil, pero puede ser duro, la reparación no es otra cosa que vernos sin máscaras ni artificios, volver a conectar con lo que somos, con lo bueno y con lo malo, con el lado oscuro y el que irradia luz.. y así, como si estuviésemos desnudos, sin nada que ocultar realmente tomar consciencia y conciencia.

A partir de aquí, es hora de ponerse en movimiento, ya nos hemos sacudido, desempolvado, y dado que "caminante no hay camino, sino que se hace camino al andar", ha llegado la hora de empezar a dar pasos,  y disfrutar del camino -no hay metas-, puede haber etapas, obstáculos... pero al menos mantendremos nuestro eje y la única consigna que yo recomendaría para este viaje es "en cada paso, sé tu mejor tú, irradia tu luz": y esa será la base de tu crecimiento y el de tu auto-confianza; siendo el/la mejor que puedes ser, dando lo mejor que puedes dar... ¿qué más se te va a poder pedir?; y si alguien pide más "que se mire lo suyo".

Curiosamente acaba de llegar a mis "manos" (realmente al ipad) un artículo denominado "Conocerse para descubrirse", en el que "...es importante conocer nuestra naturaleza o esencia... Si no nos conocemos ¿cómo vamos a comprender nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar? ..."

Dejo para el final esta pequeño juego; ConFianza = Con+ Fianza. Si tenemos en cuenta que la "fianza" es una prenda que damos en seguridad del buen cumplimiento de alguna obligación; me pregunto, ¿tenemos alguna prenda más valiosa que nosotros mismos?.

Y ahora sí, remato ya, que al final me lío, me lío.. y lo hago "copiando" las palabras que  Mario Alonso Puig, autor del artículo que referenciaba antes, recoge en el artículo:

"Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos inmensamente poderosos. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, lo quemás nos asusta. Nos preguntamos ¿Quién soy yo para ser brillante, precioso, lleno de talento? En realidad ¿quién eres tú para no serlo? Jugar a ser pequeño no sirve en este mundo. (...)
(...) A medida que permitimos que nuestra luz se irradie, inconscientemente estamos facilitando que otras personas hagan lo mismo. Al liberarnos de nuestro miedo, nuestra solo presencia libera a otros." (...)[Nelson Mandela]

Ahora no sé si el post debiera versar sobre la confianza o el valor... sea lo que sea, sé tu mejor yo, y verás qué bien duermes por las noches.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me quedo con esta frase: "en cada paso, sé tu mejor tú, irradia tu luz". Sin duda creo que dando lo mejor de ti puedes llegar lejos aunque el camino lento!!Chus.

manuel dijo...

Muchísimas gracias por tu comentario Chus! Estoy completamente de acuerdo contigo; la verdad es que muchas veces nos dejamos llevar por las prisas, y nos olvidamos de que este juego llamado vida no deja de ser una carrera de fondo ;)
Un saludo