domingo, 20 de enero de 2013

Animalario de oficina: "el peinacanas"

Anteayer tuve un arrebato de inspiración; lo extraño es que no fue bajo la ducha (ese mágico santuario en el que frecuencia “veo la luz”), sino conduciendo de regreso a casa. No sé por qué vino a mi mente esta especie, supongo que estaba en el subconsciente , buscando un hueco para materializarse y al final algún “clic” lo hizo saltar a la zona de consciencia.

Que nadie se lleve a engaño por el nombre de esta especie, ya que al tener parte del cabello blanco no es necesariamente un distintivo del “peinacanas; de hecho, somo varios los pre-cuarentañeros que tenemos las sienes plateadas y no nos clasificamos dentro de esta especie -del mismo modo que no por calzar un 45 de pie eres un “Bigfoot”, sólo tienes el pie grande-  Por tanto,  hay una serie de “cualidades” o indicios que nos ayudan a descubrir a un auténtico peinacanas… aunque se  puede tardar algún tiempo en llegar a esa conclusión.

Por tanto, aunque la mayoría de los peinacanas tengan cierta edad y su cabello sea blanco –todo o en parte-, tengan un aire desgarbado… existen peinacanas jóvenes, con buena presencia –que podrían parecerse a aquellos denominados JASP- e incluso hay “maduros desgarbados” que en lugar de peinacanas son genios.

¿Cómo descubrir a un auténtico peinacanas? Sólo la observación nos llevará a ello y, como comentaba anteriormente, a veces tardaremos meses –incluso años- en identificar a un auténtico peinacanas. De todos modos, ahí van algunas pistas:


Pista 1: “Doctores tiene la Iglesia”… la iglesia, la empresa, la administración; que no estamos ante un tema de culto, sino de actitudes. El peinacanas es uno de esos sujetos que “todo lo sabe, todo lo entiende”. Por tanto, se presentará bajo un halo de “autoridad”, esa seguridad del que vive su propia realidad y a quien la experiencia le ha enseñado que está en posesión de la verdad; tanto podrá discutir sobre vanalidades como entrar en debates sesudos o adoctrina cual Platón en la Academia. Eso sí, aunque sepa algo de todo, el peinacanas siempre será especialista en alguna materia concreta, y como tal lo dejará patente en el ejercicio máximo de esa autoridad que mencionaba con anterioridad. 

Pista 2: “Pater familia”  Una vez más en sentido figurado; el peinacanas no tiene que estar casado y tener una prole para el ejercicio de su función; sino que fruto de sus experiencias –más aún si ya ronda cierta edad- y todo lo que la vida le ha enseñado (“sabe más el diablo por viejo que por diablo)… el peinacanas podrá presentar un cierto halo paternalista; como un consejero o mentor, alguien a quien seguir porque dará luz a tu vida, te indicará qué errores has cometido e incluso te dará sabias recomendaciones para que puedas seguir tu camino. Eso sí, puedo que su visión de  los hechos no coincidan con la tuya, bien sea porque vivís en dos realidades paralelas (ni mejores, ni peores, sólo paralelas.. y que como tal tendrán el punto de intersección en el infinito), o bien, puede que ambos contemplen la misma realidad, pero… (siempre hay un pero) los colores de las lentes sean diferentes. La ventaja de esta segunda opción será que pueda darse producirse más de  una  conexión –aunque sea momentánea-  sin tener que ir a buscarla al infinito (y más allá).

Pista 3: “Hay viene el bombero…”  el peinacanas es un solucionador.. un “fixer”, o al menos  se lo cree. Si unimos esto a la primera de las pistas, sabremos por qué, tal y como dice una buena amiga mía, lo encontraremos en todos los “merengolaos”, o yendo a expresiones más comunes, el peinacanas –siempre con el ánimo de ser útil y servicial- será el perejil de todas las salsas, y si una no lleva perejil.. ya cambiaremos la receta, que al final, siempre da un toquecillo de sabor, sino que se lo digan a Carlos Arguiñano, que creo que no se lo echaba a las natillas y poco más.  

Pista 4:  “Virtuoso en la crítica…” y  además, lo proclamará como una de sus virtudes… ser crítico no es malo, ojo!, al contrario… lo que pasa es que cuando llegan a destiempo –porque has tenido tiempo y tiempo para opinar- y en el 90% de las ocasiones suena a reproche.. ya pierde cierto carácter constructivo, parece un “meter en el dedo en la llaga” o “tocar las narices”; pero aún así.. existe ese 10%  de positivismo y construcción, que bueno… menos es nada, no?  

Todas estas características le pueden proyectar como un profesional tremendamente valorado e imprescindible para cualquier organización… pero bueno… a veces rascando un poco, y atendiendo al refranero español que nos dice cosas como:  “dime de que presumes y te diré de que careces”,  “consejos doy que para mi no quiero”,  “quien mucho aprieta, poco abarca” o “ves la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el tuyo…” a lo mejor todas las pistas que podrían ser virtuosas, llevadas al extremo se convierten en “mejorables”.

De todos modos,  una vez detectado y siendo conscientes de sus rasgos, el peinacanas no tiene por qué ser insufrible (sólo un poco, a veces),  simplemente- como todo en esta vida- hay que aprender a gestionarlo (mejor dicho, a autogestionar tu relación con él, porque no va a cambiar)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Leí todos los pasos... y, claramente, no entras en la raza de los peinacanas...

Analía

manuel dijo...

jajajaj.. gracias Analía... espero que tengas razón ;) y que mi parte sea sólo la de las sienes ;)

Anónimo dijo...

YO siempre tengo razón :P... y lo bien que te quedan!!!! :D

manuel dijo...

ese "yo" siempre tengo razón.. me recuerda al animalario en femenino, jajajaj ;)

pichi dijo...

En que tipo de peinacanas me meterias,jajaja

manuel dijo...

Pichi, creo que tú, al igual que yo.. entras en los del grupo que aún teniendo el pelo blanco no somos peinacanas ;)