Hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí... y eso que llevo tiempo pensando en escribir, pero, de verdad.. ésto de no tener grandes cosas que contar -o al menos vivir en esa creencia- ha supuesto un freno...
Siendo totalmente sincero, también me daba algo de pereza ... pero bueno, a ver si esta vez lo conseguimos.
En mi cabeza lleva algún tiempo la entrada "Animalario de oficina"... no es que quiera convertirme en un nuevo Félix Rodríguez de la Fuente, pero creo que a nuestro alrededor hay especies dignas de observar -e incluso admirar- en nuestro hábitat laboral.
Mi intención es escribir varias entradas, ojo, todas ellas fruto de la imaginación -y alguna que otra experiencia- por lo que cualquier parecido con la realidad será fruto de una mera coincidencia.
¿Por qué iniciar esta revisión con "La Plañidera"? Sinceramente, porque es un personaje que siempre me ha llamado la atención... Una profesional del llanto y de la pena fingida, capaz de desgarrarse el alma mientras su mente está inmersa en aspectos tales como la lista de la compra, el color de las paredes o cortinas o cómo conseguir sus propios objetivos, de la índole que sean, merece, sin duda un puesto preferente, dado que puede llegar a convertirse en el rey/la reina de la jungla oficinista.
¿Cómo reconocer a los integrantes de esta especie? Aunque el término puede darnos bastantes pistas, no esperéis ver continuamente lágrimas en sus ojos o algo similar.. al contrario, en su día a día la sonrisa puede ocupar 7 de las 10 horas que puede estar en la oficina. Sí,lo sé, las jornadas laborales son de 8 horas por normal general, pero los miembros de la especie plañidera son capaces de superar con creces esta pauta -al fin y al cabo, no dejará de ser un buen "argumento" para un llanto vinculado al sacrificio personal realizado para que "todo vaya como debe de ir"-.
De hecho, una de las características de l@s plañider@s (perdón por el uso del @, pero es más cómodo, aunque a los amantes de la RAE les chirríe) es que los puedes encontrar en los lugares más insospechados en aras a "que todo salga bien", eso sí, marcando las distancias... a los seres que considera menos dotados para la supervivencia empresarial les dará indicaciones claras, a los que -por una simple posición en el organigrama- están a su nivel, les dará sugerencias (un deseo implícito del "quiero esto así", pero manteniendo las formas). Esta omnipresencia en la especie servirá para retroalimentar el llanto: se carga con todo aquello que no le corresponde pero lo podrá gritar a los cuatro vientos, entre ays y suspiros... es más, podrá llegar a argumentar un "menos mal que estaba pendiente de todo para que fuese sobre ruedas".
Ojo! estos movimientos continuos para salvaguardar la integridad y honorabilidad de la organización y sus integrantes no deja de ser parte de un juego interesante... L@s plañider@s son expertos en "cadenas de favores", sobre todo basados en el uso de la información. Podríamos decir que los integrantes de esta especie son como pequeños parásitos que bajo un aspecto noble y cercano irán recabando información - a cambio de proporcionarte aquello que quieras oir- para convertirse en auténticos depredadores (cuando discutes su posición preferente y su reinado). Esto es, si no estás con el/la plañider@, asumirá que estás en su contra (momento en que andes con pies de plomo)
Además de su doble cara (la sonrisa cuando estoy contigo y la verdadera cuando les das la espalda), podrás descubrir a l@s plañider@s por sus paseos continuos en los pasillos (si dejasen esta costumbre y se dedicasen a lo suyo, sus jornadas serían de 8 horas y les sobraría tiempo) y en algún momento, cuando les toque el alto en el camino en tu puesto de trabajo, te contarán alguna de sus penas.
Ya por último -creo que ya me estoy alargando- los plañider@s jamás irán de frente. Recuérdalo, sólo quieren "chuparte" la información que les pueda ser útil; por lo que si en algún momento quieres plantearles algo serio -del tipo "te has extralimitado en esto", "no me ha gustado que..."- siempre tendrán alguna excusa -otra de sus especialidades, su capacidad para salir indemnes de todo- que puede ir acompañada de una gran cara de lástima, y, haciendo gala a su nombre, alguna lágrima...
En definitiva, bajo el aspecto de la mosquita muerta, la hormiga trabajadora... puede encontrarse un auténtico bicho. Ah! y a veces esta especie evoluciona para convertirse en una auténtica viuda negra, llegando a herir a los suyos tras sacarles todo lo que ha podido. Así, siempre tendrá un nuevo motivo para llorar.
Si has llegado a leer hasta aquí... te mereces un monumento!!!
4 comentarios:
qué suerte tengo de no haber trabajado nunca con alguien así, aunque si lo pienso trabajé con unos cuantos bichos, pero creo que debían de ser de otra raza....
Si es que la fauna laboral es variopinta... poco a poco irán cayendo más.. pero no todo son fieras, eh?
también hay corderitos? :D
también, también... a veces bajo una piel de lobo.. habrá un hueco para ellos también ;)
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